Dicen que cada maestro tiene su librito, y claro está, yo tengo el mío. Para comenzar, el maestro tiene que serlo por vocación pues la recompensa más grande no es económica sino la certeza de que el trabajo de uno contribuye a un mejor país. Me considero un maestro nada tradicional, y para eso, debemos mantenernos a la vanguardia en todo momento y estar dispuestos a aceptar los cambios generacionales que los estudiantes manifiestan.
El maestro tiene que creer en las potencialidades del estudiante, si no jamás podrá encaminar a ese estudiante por el camino del éxito personal. No es fácil esta tarea de ser maestro, pero ninguna otra brinda tanta satisfacción. Considero que la mejor estrategia educativa es la promoción del pensamiento crítico y las actividades creativas. La primera te permite llegar a la verdad y la segunda te abre nuevos caminos.
“Ese es el estudiante que busco forjar, el que se cuestiona su realidad para dar con los mecanismos que la transforman.”
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| Walter Feshold Maestro de Historia Superior |
